25 abr 2010

Roban el arma que una escolta olvidó en un coche en Bilbao.

El despiste de una escolta ha provocado un serio quebradero de cabeza a las fuerzas policiales. El viernes por la tarde, en el bilbaíno barrio de Uribarri, la vigilante, que pertenece a una empresa privada, dejó olvidada su pistola en el coche de trabajo, que los amigos de lo ajeno no tardaron en desvalijar. El resultado es que el arma ha desaparecido y la Ertzaintza no sabe en qué manos ha caído o en qué tipo de acto delictivo se puede utilizar.

«Ella asegura que transcurrieron apenas unos minutos, pero que cuando quiso darse cuenta ya le habían entrado en el vehículo», explicaron ayer fuentes del Departamento de Interior del Gobierno vasco. Según la versión de la víctima, en torno a las 17.30 horas del viernes aparcó el vehículo de la empresa en la calle Valentín de Berriotxoa «con el fin de coger algo del turismo de su propiedad, que tenía estacionado en las cercanías».

En su testimonio, la mujer recalcó que enseguida se dio cuenta de que había dejado olvidado algo en el coche del trabajo y volvió sobre sus pasos. Al llegar, sin embargo, le esperaba una desagradable sorpresa.
Dispositivo de emergencia.

El problema es que lo que se le había quedado en el asiento del vehículo era una riñonera en la que guardaba su arma reglamentaria, además de varios móviles y algún «documento privado». Ante la gravedad de la situación, la escolta alertó a la Ertzaintza, que de inmediato puso en marcha un dispositivo especial de emergencia.

Varias patrullas se desplegaron por la zona y y no dejaron ni un resquicio por analizar ante la posibilidad de que los ladrones, al percatarse del contenido del botín, lo hubiesen dejado abandonado en alguna papelera, recodo o alcantarilla. Pero no encontraron nada.

Poco a poco fueron ampliando su campo de acción y acabaron llegando a una casa abandonada que hay en el barrio. Al parecer, el edificio está ocupado por inmigrantes ilegales y la aparición de los agentes provocó una estampida.

Los ertzainas lograron identificar a casi todos, aunque uno de los 'okupas' se lanzó por la ventana y logró darse a la fuga. Ni entre los presentes ni en el propio inmueble se encontraron indicios de que ellos podrían haber sido los autores del robo, por lo que tampoco se descarta que el sospechoso que consiguió huir tenga algo que ver con el asunto. Los agentes mantienen abiertas todas las líneas de investigación posibles para dar cuanto antes con la pistola y evitar que acabe utilizándose para cometer un delito.

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