El recuerdo de su hijo Alfredo, asesinado por ETA hace 25 años, está presente a diario en la mente de Mari Carmen Belascoáin. EDUARDO BUXENS
A.PIUDO/S.ZUZA/N.GORBEA . PAMPLONA Domingo, 30 de mayo de 2010 - 04:00 h.La tragedia se cruzó en sus vidas sin conocerse de nada. Una bomba que la banda terrorista ETA hizo explosionar en la Bajada de Javier el 30 de mayo de 1985 se llevó por delante la vida del joven de 14 años Alfredo Aguirre Belascoáin y del Policía Nacional Francisco Miguel Sánchez, de 31. La detonación se produjo a las 21.
40 horas, justo cuando el adolescente tocaba el timbre de casa de una vecina y el Policía Nacional se aproximaba al portal donde se produjo la explosión, alertado por una "llamada trampa". Sus muertes conmocionaron a la sociedad navarra, que salió a la calle en una manifestación que reunió a 70.000 personas, según se cifró en su momento.
Diario de Navarra reconstruye en dos días este atentado, del que hoy se cumplen 25 años exactos y que se cobró la víctima más joven de las que la sanguinaria banda ha asesinado en Navarra en toda su historia.
Homenaje a las víctimas
Varios actos rendirán homenaje a estas víctimas. Hoy, a las 18 horas, se celebrará una misa en la residencia de Amma Oblatas, en Pamplona. Mañana, a las 20 horas, en la plaza Compañía, el colectivo Libertad Ya se concentrará en memoria de los tres muertos en Navarra a manos de ETA en 1985: Alfredo Aguirre, Francisco Miguel Sánchez y el general Juan Atarés, asesinado el 24 de diciembre. También se cumplen hoy siete años del asesinato en Sangüesa de los policías nacionales Julián Embid y Bonifacio Martín.
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